Poesía para todas las Anas

Poesía para todas las Anas.
En el día de su Santo.
26 de Julio del 2009.


Ana, nombre de mujer
arraigado a nuestra historia cristiana,
como flor, rosa temprana
como perfume, jazmín;

tu nombre vive en mi,
tu perfume, me embriaga,
como mujer eres coqueta
hermosa como la mañana;

humilde como la violeta,
tersa como la madrugada,
eres el sueño de un poeta
con tu cara en la almohada.

Y para aquellos que te queremos
eres una alborada,
un sueño hecho realidad
con nubes que parecen fantasmas;
en un horizonte siempre hermoso
que nos acaricia cada mañana.

Les felicito de corazón
con el corazón y con el alma,
que mis palabras se hagan razón
y mis deseos alboradas.

Jecego.

RINCÓN DE LA POESÍA - AMUVA: Para todas las Carmenes del mundo - Jecego#links#links#links

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Buscando a Dios

Buscando a Dios.
15/01/09.

Porqué miras al cielo celeste
pidiendo a Dios su ayuda,
si está cansado de decirte:
yo soy tu cuerpo y tu vida.

¿Para qué? estiras tus brazos
pidiendo a Dios clemencia,
si está perdiendo la paciencia
diciendo: yo soy tu cuerpo y tu vida.

No mires lejos de tu ser
buscando a Dios con tus ojos,
Él, está dentro de tu corazón
solo tienes que, buscarlo,
y abrazarle, junto a tu pecho despierto
para que circule por tu cuerpo con tu sangre.

Jecego.

eres la sombra de Dios; encuéntrate a ti mismo y estarás a su lado.
Dios no es más ni menos que tú, solo que tu no has sabido valorarte.
A Dios le gustaría estar siempre a tu lado, pero tú no lo has dejado.
No escuches al que niega a Dios, porque estarás negando tu existencia.
Tú Solo el que tiene conciencia de sí mismo, conoce a Dios, porque Dios ocupa toda su existencia.

Al borde del abismo

Al borde del abismo.


Un hombre buscaba la soledad
en un errante ir y venir,
no le importaba vivir
solo buscaba soledad.

Un día encontró su ansiada meta
cuando desde un abismo, miraba al mar,
comprendió que su búsqueda había terminado
porque vio desde la altura, la soledad.

Comprendió que la soledad es solitaria
no ayuda ni acompaña, es falsa y amarga,
solo nos avisa con ejemplos
porque no dirige la palabra.

Si el abismo es la soledad
donde sobran las palabras,
mejor es tener compañera
con quien tener alguna charla.

Jecego.

Adiós amigo Berto.

Adiós amigo Berto.

Te recuerdo en tu Atalaya
hermosa; hecha a tu medida,
mirando hacia el monte y al mar
cultivando tus viñas.

En aquellas lomas hiciste una escalera
hacia la cumbre, muy larga,
buscando que sol de la mañana
acariciar las uvas de tus parras.

Hiciste un edén en una tierra baldía
con todo el cariño de tu alma,
desde donde seguirás mirando
hacia la gloria, que te aguarda:
donde los ángeles se harán tus amigos
con los nombres que llevas a tu espalda.

Amigo, sembraste la tierra con tu semilla
que se multiplicará en el tiempo,
desde tu atalaya, se podrá ver
con la ayuda de nuestro amigo el viento;
que extenderá tu semilla de amor
desde las dehesas, universo nuestro.

Jecego.
Isidro Jesús Cedrés González.

Adios a un amigo.

Adiós a un amigo.
Domingo Campos Gutierrez.
01/11/08.

Hoy emprendiste el viaje
hasta más allá de la estrellas,
donde van las almas buenas
y la vida es eterna;
con música de ángeles
donde el silencio es materia,
donde tus seres queridos
tienen formas inconcretas;
y verás con los ojos del alma
el camino abierto que sueñas,
hecho por Ana María y tus hijas
en sus horas más perplejas.

Es un camino nuevo, aunque eterno,
sin retorno a la tierra,
que solo es el trampolín
para volar a las estrellas;
desde donde verás a tu familia y amigos
aún tristes por tu partida,
porque no se han parado a pensar
que tu solo eres el viento,
que se anticipa a nuestra ida,
para abrirnos el camino
que recorreremos cualquier día.

Porque la vida no es nada,
solo un momento en el infinito,
y no hay nada mejor para los que quedamos
que tener un amigo que nos abra el camino.

Gracias amigo Domingo
por ser tan buen amigo,
que aún en tus peores momentos
vas abriendo nuestro camino.

Jesús Cedrés. Jecego.

Cuando el amor llega de repente.

Cuando el amor llega de repente.

El amor penetra en el espacio vacío del alma
donde no existe nada que se oponga,
a ocupar aquel lugar que fue nido
de otro amor que terminó en tinieblas;
por encontrar un corazón de espinas
donde había forjado uno de sombras.

Donde hubo amor, queda rencor
con indicios claros de venganza,
que crece de inmediato, en silencio,
en la soledad absoluta del alma;
y hace crecer al nuevo amor
con el dulce aliento de la palabra,
en un cuerpo lleno de dolor
por no ser el fin que buscaba.

Ese amor que llega de rebote
a ese corazón herido y sangra,
encuentra la puerta abierta
hasta lo más intimo del alma;
y se hace dueño de aquel cuerpo
con hambre y sed de venganza,
y entrega lo que nunca había dado
al nuevo amor que le abraza.

Jecego.